miércoles, 4 de octubre de 2017

Cenas Románticas

Esta es para Laura Rubi, que me preguntó del tema
El ideal que muy pocos logran
Una cena romántica, queridos amigos, es caro empeño.
Especialmente si lo que desean es cocinar para enamorar.
Así que nos saltaremos las cenas donde el interesado lo que hace es llamar a un restaurante y pedir una reserva, vamos a hablar de las que uno mismo realiza.
Yo diría que hay dos tipos, la primera, donde ambos se meten a la cocina a preparar platillos... la verdad ahí el plato importa poco, porque la diversión está en la preparación. Una afortunada me contaba lo divertido de meterse a cocinar desnudos. Sospecho que no preparaban muchos fritos 😉
Así que uno de los dos se va a meter a cocinar. ¿Qué preparar?
Primer e importantísimo consejo: carne mejor no; o si se deciden por el poder afrodisíaco carnívoro (cerdo o res, da lo mismo) las porciones deben ser pequeñas. El estómago lleno impide una buena ejecución amorosa a posteriori.
Así que sugiero algo liviano.
Y tampoco serviría comida rápida... puede que sepa bien y todo, pero en mi opinión no se presta a la seducción.
Yo no serviría entradas, daría quizá una copa de vino como aperitivo mientras el afortunado espera un máximo de 15 minutos a que la cena esté lista.
Como fuerte, me la jugaría a:
  • Cordon blue con salsa de ciruelas, arroz blanco y tomates en cuartos con aceite de oliva.
  • Crepes de pollo con salsa bechamel, ensalada de lechuga y tomate verde y pan con mantequilla de ajo.
  • Un ceviche de camarones queda muy bien y su ejecución no es tan compleja con camarón precocido.
  • Spaguetti al burro o con bechamel con tocineta. Pan de ajo 
  • Rollitos de lasaña (no más de 2) con carne bolognesa.
  • Pechuga de pollo al horno -o asada- con salsa de champiñones -que se puede hacer con sopa de sobre y sale muy pronto-
  • Omelette. Yo la haría con tocineta y queso.
Y algún postre liviano para rematar.

Esta es el tipo de comida que merece vestirse de gala y una mesa con cristales, cubiertos y cristalería.
Sin embargo... 
Cuando uno piensa en una cena romántica no piensa en comida de dulce, pero un picadito de frutas que se puedan comer sin cubiertos -si no son de esos maniáticos que no soportan ensuciarse las manos- con diversas cremas y salsas podría ser una gran experiencia: mango en rajas, fresas enteras, melón en cuartos, uvas frescas, cuartos de durazno, frambuesas, bananas... con crema fresca, chocolate líquido, ají suave -les sorprendería los bien que saben muchas frutas con un toque de ají...-, infaltable la miel... Manos a la obra y disfruten del placer de darse bocaditos el uno al otro.
Otra opción, en especial si ya son una pareja que se conoce y solo quiere conocer cosas nuevas -y no importa impresionar tanto a nivel del hambre- hacer algún postre juntos puede ser una gran idea, para comerlo después.
Una mousse básica -que admite muchos sabores diversos- puede ser genial, o hacer un fondue de chocolate con frutas es muy sencillo también. Un flan -asi sea de caja- se realiza rápido y estará cuajado para cuando necesiten recuperar fuerzas.
Un brownie de microondas los saca de apuros para unas oncesitas rápidas y puede ser deslumbrador la primera vez que se realiza.
Ahora bien, si el asunto es más bien de hambre inmediata y feroz, una crema cualquiera con pan calientito sería una opción maravillosa, si lo que desean es compartir algo rápido o recuperar las fuerzas. Sirva su crema de sobre sin complejos, pero déjele caer una lluvia de parmesano -y si puede gratinelo- y quedará regio.
Talvez más adelante me expanda más con este tema y pueda preparar las recetas que sugiero aquí...

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